Sipnosis

Roland es un chico americano que le gusta descubrirlo todo, saberlo todo...es como el perfecto detective. Pero, lo que no puede resistir es el misterio de Anne Fyckovic, una hermosa chica pero también siniestra. Cuando Roland descubra el secreto no podrá evitar caer rendido a los pies de Anne.

sábado, 24 de marzo de 2012

Capítulo 20

Una tenue luz iluminaba una habitación con paredes de color negro, sin ventanas y decoradas con muebles antiguos. En los cuales, destacaba un retrato de estilo gótico de Carla. 1500 años eran demasiados y me sorprendía el hecho de que fuera la mayor del grupo de inmortales junto con Rodrigo y yo.  Carla miraba por su telescopio electrónico sobre la mesa de ébano atestada de otros papeles. Recuerdo el origen de Fuchs y la forma en la que Carla me convenció para que me uniera con ella junto con Rodrigo. Era una verdadera ironía el hecho de que, al final, algo me hubiese arrastrado hacia aquí. Tal vez fuese el hecho de querer acabar con esa vampiresa engreída, por acabar con aquellas personas que experimentan con humanos...o no sé qué más.
Alguien tocó la puerta de ébano de la habitación, giré la cabeza y vi que era esa dichosa hada.

-Enlet.-gruñí.

-Me gusta que te acuerdas de mi nombre, Enma.-sonrió con su horrible sonrisa que me ponía muy nerviosa.

Enlet se acercó con pasos vacilantes hacia Carla y pasó su mano por su cabellera hasta quitarse su peluca azul. El orgullo de un hada es su cabello, había oído que las hadas tenían el pelo de diferentes colores según su elemento. Pero, en un momento dado, Enlet se había cortado el pelo y se había vuelto negro. No obstante,  seguía llevando una peluca azul para no asustar a sus compatriotas. Aún así seguía siendo repelente tanto para Carla como para mí.

-¿Y bien?-preguntó.-¿Roland es una extraña mutación de extraterrestre y cerdo vietnamita?

-Es humano, un simple humano que te puede tomar el pelo.-dijo Carla menospreciando a Enlet.-Es posible que, desde que te cortaste el pelo, hayas bajado de nivel tu magia.

-Eso es imposible.-dijo serio Enlet.-Puedo presumir de ser la única Luna que vive. Por cierto, me ha dicho Elena de que por lo visto tengo que entregar unas invitaciones a mis compañeros de "trabajo".-sonrió e intentó no reírse de su propia gracia.-Así que se me había ocurrido invitaros a vosotras.

Carla le miró con mala cara pero después sacó una pizarra que tenía a su izquierda con algunos apuntes respectivos a Roland. Su sangre era igual que la de cualquier humano pero había engañado a Enlet, lo cual muy pocas personas habían logrado hacer.

-Veamos...¿Qué hay de interesante de Roland?-preguntó Carla.-Era una rata de laboratorio como todos los que han pasado por aquí...Salvo que ha podido con él.-señaló a Enlet.- Y que ha hechizado a "Zorro Azul".-me miró.-¿Qué tiene de especial?

-Upír y Vardolak le persiguen como si fuese oro.-señaló Enlet.

-¡¡Pero eso ya lo hacen con los humanos que tienen el mismo tipo de sangre que él!!-exclamó Carla dando un golpe a la mesa.

-Él...es demasiado inteligente.-susurré.-Piensa a una velocidad impresionante y analiza cada situación como si fuese la última de su vida.

-Hasta ahora eso no lo ha demostrado.-dijo Carla y Enlet pareció estar de acuerdo con ello.

Roland era el típico chico que es muy simplón cuando lo conocer, pero no podía dejar de pensar en lo que hizo una de las veces en las que estaba él en problemas.

-¿Qué ocurrió?-preguntó Enlet al leer mi mente.

-Recuerdo que una de las veces las cámaras le pillaron espiando algunos archivos del instituto.-dije.- Él sólo mantuvo el tipo hasta que poco después se supo que en realidad había sido un friki espiando los archivos de la chica más popular. Lo increíble fue que la persona que trajo la información del friki había sido él. Miré el vídeo de las cámaras una y otra vez, seguía pensando que era Roland y no el otro chico. En efecto que era él, pero había sido lo suficientemente inteligente como para saber del otro chico, trucar las cámaras y enviar una información falsa. También había pagado a la secretaria para que culpase al otro chico y, el propio friki había afirmado ese hecho. En resumen, había utilizado sus 5 tácticas en un espacio de largo tiempo.

-¿Qué 5 tácticas?-preguntó Carla.

-Confundir a tu presa, hacerse el tonto, atacar a los más fuertes, puñalada por la espalda y rematar.-numeró Enlet.-Y tú copiaste sus técnicas a la hora de hacer interrogatorios; te creía con más personalidad, Enma.

Carla se levantó con un movimiento brusco y dejó que sus rulos castaños hiciesen un pequeño efecto rebote. En momentos así, deseaba abrazarla como si fuese un peluche...bueno, era una muñeca con el genio de una vieja de 80 años que vive con 100 gatos.

-Pues si es así, que alguno de los dos le esté vigilando.-ordenó.-Últimamente estoy negociando con gente de papeles relevantes y no tengo tiempo para perseguir a un humano. Entiendo que ahora Enlet esté ocupado con los preparativos de la boda, cuando él es el que pone el lado femenino en la pareja.-bromeó por primera vez.-Rodrigo ahora está en Europa así que tampoco puede...-me miró.- Sólo quedas tú y creo que no hay problema, sobretodo si es tu "ejemplo a seguir".

-No tengo problema en hacerlo yo.-replicó Enlet.-Suelo estar muy pendiente de él con eso de que no le puedo leer la mente mucho tiempo.

¿Enlet estaba picado por eso? Sería un tanto molesto para él eso, pero ahora no se encontraba en un momento adecuado para perseguir a alguien.

-Yo me ocupo.-aseguré.-Tú encárgate de elegir si una invitación de color blanco marfil o color crema.

-Las invitaciones son de estilo medieval.-dijo enfadado.-Ya lo tengo todo hecho, así que tengo mucho tiempo para vigilar a Roland.

-Insisto.-expresé.-Así el podrá ir al instituto sin problemas.

Carla apoyó esa hipótesis y me dejó a Roland a cargo. Lo que dejó a Enlet K.O. y enfadado. Durante un tiempo Roland empezó a volver a las clases sin problemas pero con ciertos inconvenientes que poco después fueron resueltos. Volver al instituto, fue una de las peores cosas que tuve que hacer porque sabía que Anne no perdería ninguna oportunidad de proclamarse ganadora. No lo iba a permitir.





Capítulo 19

-Veamos Roland.-me miró Enlet mientras se puso unas gafas un tanto extrañas.-Empieza a pensar en las cosas que te van a poner en la pantalla...Mediante eso sabré si te leo la mente o no.

Me pasé la mano por mi pelo como si fuese un gesto nervioso, pero (lo creáis o no) es subía mi capacidad intelectual. Siempre me he tomado algo en serio, incluso esta tontería, porque soy muy competitivo y siempre he querido ser el mejor en la gran mayoría de cosas. Enlet hizo un gesto al cristal camuflado de la sala y entonces me sonrió antes de que comenzase el experimento. Pasó tras de mí una serie de imágenes como un patito de goma, un punto rojo, una casa...cosas que ponen a los niños pequeños para que lo digan en voz alta en infantil. A medida que pasaba, Enlet iba averiguando todo lo que pensaba y lo que veía hasta que, de repente, se puso una imagen diferente a las puestas. Una foto un tanto alterable y...demasiado privada para estar ahí. El cadáver Lian Xi...por un momento, con toda esa movida de los clanes, me había olvidado de ello. Aunque ésta vez podía pensar con más rapidez y aclararlo todo con esa imagen...Estúpida policía, lo del cuello no era un mordisco sino dos pinchazos...

Dos pinchazos...¿qué tipo de sangre tenía Lian Xi? ¡¡Dios, en momentos así no me acordaba del expediente que yo mismo revisé!! Miré a Enlet, que no paraba de fruncir el ceño y me tomé la libertada de seguir pensando un rato más. Si pudiese llamar a Lisse y pedirle información (ya no tenía algo relacionado con "Zorro Azul" y no podía confiar en mi hermano, lamentablemente) además que ella era la única que podría aportarme detalles especiales de la policía metropolitana. En momentos como este, dudaba si me alegraba de que Enlet supiera lo que pensaba o no.

-Me rindo, no leo nada.-masculló Enlet. Se quitó las gafas.-Éste tío es un genio.

De repente salió el chico azul y apagó la pantalla de forma manual. El chico parecía sacado de la película Avatar, y me disponía a decir una frase de la película cuando Carla, acompañada de Enma, sacó una jeringuilla. Sin pleno aviso, encontró la vena y me pinchó sintiendo un gran dolor y escozor en la zona. Grité de dolor y miré con ira a Carla mientras ésta me sacaba la sangre con cuidado y sin inmutarse. Si no fuese por el hecho de que es una mujer con pinta de niña, seguro que la pegaría sin dudarlo un momento.

-Quejica.-murmuró Carla y le tendió la jeringuilla al chico azul.-Dáselo al equipo de investigación.

-¿Cómo has encontrado la vena?-le pregunté intentando retener mis deseos de patear a todo lo que me encontrase.

-Años de práctica.-se sintió ofendida y se dirigió a Enma.-Enma, necesito hablar contigo.

Enma y Carla se fueron de la sala, se mantuvo un silencio un rato hasta que Enlet se tensó. Poco después me miró fijamente intentando encontrar algún rastro grabado de esos minutos de bloqueo lector. Aunque poco le duró el intento, porque al poco rato noté como se dejaba caer en una silla como si hubiese hecho el Test de Cooper 30 veces seguidas.

-Bien, cuéntame lo que planeas...Sé que tienes un plan maestro debajo de la manga.-conjeturó.-Te diré una cosa, Roland, no te creas que yo soy el idiota de turno que pasa por aquí. Me atrevería a decir que tengo más experiencia táctica que esa inmortal con cuerpo de muñeca.

-¿Cuánta?-pregunté divertido.

-Lo suficiente para acabar con esta asociación con sólo un chasquido.-sonrió.-Me caes demasiado bien, Roland. Eres bastante inteligente y supongo que no puedo leerte por dos motivos: Por acumulación de información y planeamiento bastante bueno. Así que tengo la conjetura de que tienes un plan genial, pero no hay forma de que lo realices.

Esa frase me chocó bastante, como si fuese una especie de desafío que no lograría realizar a menos que estuviese ese hada monocromo conmigo. Por lo tanto, estaba intentando decirme que era un completo inútil si no sería ayudado por él.

-¿Me estás llamando inútil?-pregunté.-Eso es un tanto...Me estás insultando.

-Considera que te estoy bajando de nivel...También lo puedes achacar al hecho de que me encuentro un tanto aburrido y deseo muchísimo acabar con éste embrollo.-sonrió.-Cuéntame tu plan, sin duda alguna te ayudaré y lo volveré brillante. Cuéntame...

Me mordí el labio, pensé un rato en si en decírselo o no...Aunque en la mirada de Enlet no había ningún rastro de desconfianza, bien se podría decir que tenía ese don que le hacía confiable a todas las personas. Él podría ser un asesino pederasta; pero esa sonrisa, esa mirada complaciente, ese aspecto  de buena persona...Además es que, por ahora, Enlet no me había menospreciado o bajado de nivel a un "simple humano" como lo había hecho Carla. Lo cual eso le añadía puntos, pero también tendría que decírselo a Enma (aunque ahora parecía el perro faldero de esta asociación). Enlet era un tanto independiente y quería saber cuál era el gato que estaba encerrado en este asunto. Entonces no había problema si se lo decía, porque prácticamente ambos nos parecíamos.

-Verás, Enlet.-miré directamente a sus ojos azules.-Una de las fotos que había en el estudio era una chica que había estado en mi instituto y que poco después había sido asesinada. Se llamaba Lian Xi; su cadáver destacaba el hecho de que apenas tenía sangre y que, en la yugular, tenía dos agujeros. A simple vista parecería un mordisco, pero me acabo de dar cuenta de que en realidad eran dos pinchazos paralelos. He pensado en llamar a Lisse.

-Porque ella es hija de un jefe de policía.-comentó Enlet.-Aquí es difícil llamar a alguien porque todas las llamadas están registradas y supervisadas por el chico ese de piel azul.

-¿Qué propones?-pregunté.

-Yo no pertenezco a este sitio, soy como "tercero en discordia".-sonrió.-Así que sólo tienes que pasarme su número y le comento lo que necesitas, ¿de acuerdo?

-No sé si confiará en ti.- expresé.-Pero habrá que intentarlo, creo que ya sé un poco cómo sería el Modus Operandi de la parte de Upír...Cometieron un error con algunas cosas...Algo me ayudó el hecho de que Fuchs me diera la información.

Enlet reflexionó unos instantes y poco después afirmó con la cabeza. Se giró y se fue de la habitación. Pensaba preguntarle si quería el número de teléfono de Lisse, pero entonces me acordé que él ya lo sabía. Para algo entraba en mi mente, a veces. Él no sabía a ciencia cierta lo que yo estaba planeando.


martes, 6 de marzo de 2012

¿Quién está debajo de tu cama?

En algún lugar de Seatle, duerme dulcemente una niña de 9 años y su perro duerme debajo suya. Los padres de la niña siempre están fuera y le compraron un perro a ella para que éste la vigilase. En la casa reina el silencio pero afuera hay una gran tormenta desatando la calle.

Mientras que la pequeña sueña con sus mejores y dulces sueños, nadie puede presagiar lo que ocurrirá está noche...En principio la tranquilidad y las débiles respiraciones de la niña lo dominan todo, mientras que el perro mantiene su guardia baja. Desde luego el perro ha dormido miles de veces y ha perdido completamente el sentimiento de mantenerse alerta.

A partir de las 2:30 que marcaba el reloj electrónico de la habitación. Se oyó un gemido lastimero que despertó a la niña y no supo que hacer hasta que bajó la mano para sentir al perro. Cada vez que ocurría eso, la niña bajaba la mano para sentir como la lamía su perro aquello siempre la tranquilizaba. Esperó unos minutos hasta que sintió como la lamían la mano...sin duda, no había pasado nada.

Cuando los rayos de sol impactaron en la habitación y reloj mostrase las 7:30. La pequeña se levantó y soltó un grito bastante desgarrador. Su perro yacía desangrado en la moqueta de la habitación. La niña corrió para intentar averiguar si seguía con vida pero se quedó de piedra al ver que en el espejo de su habitación había una escrito hecho con la sangre del perro.

<<NO SÓLO LOS PERROS LAMEN>>

                                                                              ------

-¡¡Quédate quieta!!-me gritó Lucie mientras me ponía unos alfileres.-Te voy a pinchar como te sigas moviendo.

-¿Por qué tengo que ser tu maniquí?-le pregunté molesta.

Lucie me pinchó yo grité de dolor. Mi hermana se enfurruñó y me dijo de mala manera de que yo misma me lo había buscado. No sé qué manía tiene mi hermana con utilizarme a mí como su modelo o su maniquí, soy gorda según algunos diseñadores (es decir, estoy en mi peso ideal). Además no concuerdo mucho con la estética de ir a la moda.

-Espera unos minutos más y ya acabaremos.-sonrió Lucie.-Después lo coseré e intentaré que te pongas estos pantalones en vez de...-asomo mis viejos vaqueros.-...Esta monstruosidad a la que llamas vaqueros.

Le quité los vaqueros de las manos y le advertí que no intentase deshacerse de ellos o que si no yo haría que su estudio desapareciese por "un accidente mezclado con gasolina y un mechero". Eso provocó que se enfadase y que me echase de su habitación mientras que gritaba que debería ser más femenina. Aunque pensé que debería rendirse, nadie cambiará mi aspecto (ni siquiera mi madre lo consiguió).

Bajé las escaleras para tomarme un pequeño almuerzo mientras veía el canal de noticias de 24 horas. He de admitir que me gusta estar informada para averiguar si pueden haber más casos de leyendas urbanas. Puedo presumir de acabar con Bloody Mary pero aún así mi hambre por acabar con más de estos mitos nunca se saciarán.

Cogí una de las bolsas de patatas de la despensa y me dispongo a "atacarla" mientras hablan que el gobierno francés están pensando en un nuevo plan de ajustes..."fantástico". Después de reportar la noticia, comentaron que en Estados Unidos había ocurrido algo realmente macabro casi sacado de una novela de miedo. Me llamó la atención aquello y afiné bastante los oídos.

-Unos padres al volver de casa se encontraron con su hija de 9 años llorando y preguntándose quién le había lamido.-comentaba la mujer de las noticias.- El desconcierto de los padres al ver al perro de la pequeña desangrado provocaron que los servicios sociales internasen a la niña a un centro psiquiátrico. La niña comentaba que había oído un ruido mientras dormía y que bajó la mano para ver si su perro le lamía la mano, era como un tipo de comunicación, éste lo hizo...supuestamente. A la mañana siguiente la niña se encontró con el perro muerto y en el espejo un escrito que decía "NO SÓLO LOS PERROS LAMEN".

Cogí una libreta rápidamente y empecé a apuntarlo todo para que no se me olvidase ningún detalle. Eso parecía muy típico, el hecho de que haya monstruos debajo de nuestras camas...Bueno, técnicamente pensábamos eso de pequeños.

-Los expertos no descartan el hecho de que la niña sufriese trastornos mentales por el hecho de la ausencia de los padres en la casa.-terminaba la mujer.-Y ahora vayamos con los deportes...

Dilaté las pupilas y no pude evitar un estremecimiento que recorría completamente mi piel. Por algún motivo eso me recordaba a mi actual situación y a la que también tuve que estar de pequeña. Mis padres siempre están de viaje debido a su trabajo y eso, antes de que naciese Lucie, producía de que me quedase sola en casa siempre. Dejé la libreta apartada y cambié de canal de televisión...Aquella noticia, desde mi punto de vista, la veía normal. Cuando tenía 7 años, intenté hacerme la mala para llamar la atención de mis padres y que me regañasen pero la respuesta que recibí es que pasaban aún más de mí.

Por eso, cuando nació Lucie, dejé de hacer esas tonterías que no me servían para nada. Cualquier niño o niña que esté siempre solo intenta llamar la atención de sus padres, sé que esta vez fue un tanto...tétrico y macabro, pero eso elimina por completo el hecho de que esto vaya para "leyenda urbana". No creí que esto fuese para tanto y pensé que se olvidaría en unos días...

(3 semanas después)


La hora del almuerzo es la única hora en la que me despejo de todo y me quedo sola ante los miles de personas que se congregan en sus grupos propios (maldita monarquía del instituto). Saqué mi libro de taxonomía y, a medida que leía, iba apuntando asuntos de mi interés. Últimamente estaba dando un tema muy importante sobre los tipos de flores...

Sentí, de pronto, como unas manos se posaban sobre mis hombros. A juzgar por la fuerza que me empujaba un poco para abajo, sospeché que era un hombre...y el único chico que me puede dar el pelmazo es Lawrence. Al girarme, me sorprendí al ver a Albert que me miraba con cierta ansiedad. Le pedí que se sentara y le pregunté que quería de mí.

-Ah...-su respiración entrecortada produjo que me preocupara.- ¿Has oído el caso de la niña y su perro?

-Emmm....¿estás bien?-le pregunté.

Albert me miró de forma extraña pero después se dio cuenta de a lo que me refería. Sacó su portátil de la bandolera que llevaba y empezó a teclear en él con rapidez (¿se permiten los portátiles en el instituto?).

-He venido corriendo para contártelo.-sonrió y me mostró la historia que vi en las noticias.

-¿Esa?-pregunté sorprendida.-No creo que importe, no se ve nada extraño en ella...

-Se ha convertido en una leyenda urbana.-comentó Albert.-Es una de las cosas más habladas en Internet...¿cómo no va a haber nada extraño en ella?

-Nunca has estado solo en casa.-cerré el libro.-Mis padres están fuera constantemente y estaban...Cuando tenía 7 años intentaba llamar la atención de mis padres haciéndome la mala del colegio...Una de las veces puse cola en el asiento de la profesora y en otra quemé unas cartas del director.

Albert giró la cabeza y me miró extrañado como si con la mirada me preguntase: ¿de verdad hiciste eso? Asentí con la cabeza levemente y Albert se puso a reír.

-Bueno, eso significa que por ahora no hay nada que hacer.-abrí de nuevo el libro.

-¡¡Hey!!-me quitó el libro.-No creo que la niña quisiese llamar la atención...Se ha demostrado que el perro murió a las 2:30.

-¿Y qué?-intenté llegar al libro pero Albert me lo puso en alto.

-¿Qué niña se levantaría para matar a su perro, al cual quería mucho, solamente para llamar la atención?-preguntó.-Si quisiese llamar la atención mediante esa táctica yo no me levantaría en la madrugada.

-Vale, en parte podría ser una leyenda.-afirmé.-Pero, ¿cómo conseguir que esa cosa venga a nosotros?

-Es un monstruo que está debajo de nuestras camas.-contestó apartándome más del libro.-No debe ser difícil.

Me mordí el labio. Pensándolo bien, es probable que ese monstruo se encuentre debajo de todas las camas. Asentí con la cabeza como indicando que iríamos a ver si aquello existe o no, eso provocó que Albert formase una bonita sonrisa.

-Bien, te veo en tu casa.-me dijo recogiéndo sus cosas.

-Espera....Devuélveme el libro.-lo señalé

-....Mmmmm...Creo que no-sonrío de forma burlona.

Me levanté y le quité las gafas. El Albert sin gafas es un modelo de revista y seguro que se las pone para no llamar mucho al espectáculo femenino del instituto. Me las puse y él me miró enrabietado.

-Las gafas no están graduadas.-sonreí con malicia.

-Devuélvemelas.-instó.

-Si no me devuelves el libro, yo no te devuelvo las gafas-hice un gesto con la mano.

Albert pensó durante unos minutos. Poco después me devolvió el libro a regañadientes mientras yo le daba las gafas. Se me hacía extraño que alguien como él, que podría ser muy popular, cayese tan bajo para convertirse en un pringado. Era completamente ilógico, a no ser que él mismo no quisiese mostrarse como esos idiotas. Aunque ahora mismo estaba un poco dolida, Lily que siempre había estado en contra de esa "monarquía" ahora era una de ellos. Me revolvía el estómago.

Desvié la mirada y la vi allí. Sonriendo con sus blancos dientes y hablando con las chicas que se miraban continuamente en su espejo portátil. Era asqueroso. Me levanté y esperé unos minutos hasta que sonó el timbre.

                                                                           ------

Cuando volví del instituto, me esperaba Lucie para que hiciese de maniquí en un bonito vestido de pija de color azul turquesa claro de tirantes. Mientras iba marcando, ella no paraba de repetirme de que pronto iba a ver un baile en mi instituto y me preguntaba qué me iba a poner para esa ocasión. Le contesté toscamente que no pensaba ir a un baile estúpido donde no se para de hacer estupideces.

-Es una pena.-gruñó.-Este vestido fijo que te volvería la reina del baile.

-Prefiero morir antes de ir a un baile donde reina lo superficial.-contesté.

De repente sonó el timbre de casa y bajé a ver quién era con el vestido puesto. Lo cual cabreó bastante a Lucie porque se me iba cayendo los alfileres al suelo. Por lo tanto Lucie también iba corriendo tras de mí para pedirme explicaciones de por qué tenía que ir corriendo. La razón es rápida y fácil: mi hermana y sus ideas me sacan de quicio en ocasiones. Cuando abrí la puerta, solté un suspiro de alivio mientras que Lucie se ruborizó.

Albert había venido a casa sin las gafas  y había hecho ruborizar a mi hermana por el hecho de su apariencia física y de la pose natural sacada de una revista de modelos. Albert por su parte también se sorprendió ante aquel recibimiento.

-¿Cenicienta?-preguntó con diversión Albert.

-No, la novia cadáver.-masculló Lucie.

-Ahora me cambio.-sonreí y me dispuse a cambiarme pero ambos me pararon fuertemente.

-Me temo que me gusta mucho su aspecto.-se quejó Albert.

-Y yo todavía tengo que poner los alfileres.-Lucie cruzó los brazos.-Ahora se duplica el trabajo porque se te han caído todos los que te he puesto antes.

Por eso, durante dos horas tuve que estar aguantando de maniquí mientras Albert y Lucie hablaban. Realmente se llevaban muy bien, aunque me daba lo mismo. Albert se había impresionado por el trabajo que ejercía mi hermana en el diseño de ropa y por el hecho que la coraza que había diseñado era completamente increíble.

-La verdad es que el hecho de que viva en el país de la moda me inspira cada vez más.-decía mi hermana continuamente. Aunque si eres la hermana de semejante genio de la moda se te hace difícil el vestirte todas las mañanas sin que te diga algo malo de tu conjunto.

Acabé las prácticas hecha una pena y llena de ampollas por el hecho de que esta vez mi hermana se había distraído. Normal si no paraba de hablar con Albert sobre lo mal que vestía (¿por qué tenían que hablar de mí?). Después de pasar por la habitación de Dior, entramos en mi habitación sólo para intentar buscar las tácticas de atraparlo. Claro está, es bastante complicado averiguar si eso existe cuando uno no puede invocarlo. En el caso de Bloody Mary era bastante simple porque ya te venían las instrucciones pero, ¿cómo se puede atraer a los supuestos monstruos que se encuentran debajo de nuestras camas? Es del todo improbable que se consiga ver alguno, si es que existen.

-¿Cómo vamos a hacerlo?-pregunté.

Albert me sonrió y señaló su mochila verde. Verdaderamente, me intrigaba lo que había dentro porque él había tenido mucho cuidado con no tirarlo con brusquedad al suelo. Hice un gesto de incredulidad y abrí la mochila para ver un cachorro Golden Retriever, una completa cucada a la que abrazarla todo el día.

-Ohhhhh.-lo cogí y lo abracé con ternura como si fuese un peluche.-¡¡Qué cucada!! ¿A que eres muy bonito? ¿A que sí?

Empecé a acariciar su dorado pelaje y darle un montón de muestras de afecto. Noté que, mientras hacia eso, Albert suspiraba de cansancio.

-Me encanta que te guste.-dijo con tacto.-No obstante, él es el cebo.

-¿¡Qué!?-abracé más al cachorro para protegerlo.-¿Por qué vas a hacer algo tan cruel?

-Piensa una cosa, el perro de la niña murió a las 2:30....Entonces ya tenemos la forma de conseguir atraparlo.

-¡¡Me niego!!

Albert suspira y vuelve a explicarme la situación. Aunque creo que mi hermana ya conoce lo cabezota que son en muchos sentidos: en mi forma de vestir, en mi forma de ser...Así que nadie logra convencerme de algo que no apruebo aunque dependiese mi vida de ello.

-¿Y si estamos pendientes de que el perro no muera?-me preguntó desesperado.

-Mmmm...Es posible que esté de acuerdo con eso.-murmuro-Pero tienes que estar pendiente.

Albert señaló mi cámara que descansaba en mi mesita de noche.

-¿Está cargada?-preguntó.

-Completamente.-contesté.

Albert asintió con la cabeza y esperamos hasta la noche. Cenamos, con la mirada de Lucie todavía puesta en Albert. Y poco después me dispuse a acostarme mientras que Albert ajustaba la cámara. El cachorro se perseguía la cola como si nada malo fuese a ocurrir esta noche, ciertamente no podía evitar soltar suspiros de admiración ante ese peluche. Me acosté y Albert se escondió entre las sombras que proyectaba el armario. La única luz que presidía era las blancas farolas de la calle que penetraba por las cortinas de lino. Cerré los ojos con lentitud y empecé a producir una leve respiración.

                                                                                --------
Dormir plácidamente es bueno y malo en muchos sentidos. Bueno porque no sufres de insomnio y malo porque puedes estar tan profundamente dormido que no sientas nada. Porque una persona que duerme profundamente no puede notar las pisadas de un ladrón o las de un asesino. Creo que deberíamos ser como los delfines, que sólo descansan una parte del cerebro mientras que la otra está en continua actividad.

Se produjo un crujido y luego como un arrastre de algo pesado por la moqueta, como si fuese un reptil. Se movía con lentitud, a pasos agigantados, deseando salir de su escondite lo antes posible.  El sonido paró de repente y se volvió a oír las respiraciones de los jóvenes dormidos. La víctima de esa cosa dormía tranquilamente y movía el rabo en pequeño giros y levantamientos.

Se oyó la abertura de algo y el arrastre crujió tras de sí en el suelo. En un rápido movimiento, se oyó otro un arañazo de la mesita de noche y luego un grito de dolor. Abrí los ojos y vi que había clavado unas tijeras en la cola escamosa del monstruo. Un monstruo mitad reptil, mitad mujer...como una gorgona. El monstruo gritó haciendo retumbar los cristales de la habitación y despertó a Albert que dormitaba de pie en una pared. Me miró impresionado al pillar al monstruo antes de que acabase con el cachorro.

-Tienes ojos en la nuca.-comentó y se acercó al monstruo.-¿Qué es?

-Una gorgona.-gritó el monstruo.-¿Cómo os atrevéis a...?

Apreté el pulso que ejercía en las tijeras y la gorgona volvió a gritar de dolor. Empezó a toser mientras expulsaba sangre de un color negruzco, Albert tuvo que taparse la boca para intentar no vomitar.

-Sé que eres el monstruo que están debajo de las camas.-murmuré.

-¡¡Te equivocas!!-me miró la gorgona con sus ojos dorados llenos de ira.

-Entonces, ¿qué eres?-preguntó Albert delicadamente, como si el monstruo ante sus ojos fuese un humano.

La gorgona se mordió el labio indicando que no iba a contar nada. Apreté con más fuerza y Albert me miró en tono de reproche como si se compadeciese de la bestia. ¿No se deba cuenta de lo que tenía ante sus ojos? ¡¡Aquellos seres no merecían misericordia!! Sentí como mi cuerpo temblaba de ira y cuando me mordí el labio sentí como un surco de sangre se deslizaba por mi barbilla. Albert volvió a mirar a la gorgona.

-Verás...me gustaría saberlo.-le rogó a la gorgona.

La gorgona se quedó paralizada durante un rato, mirando fijamente a Albert. Carraspeó y se volvió hacia mí.

-Sólo soy el monstruo de SU cama.-me indicó con la mirada.-Hay miles de monstruos, debajo de todas las camas...Pero, tienen su cometido.

-¿Y se puede saber cuál es?-pregunté bruscamente.

Los labios de la gorgona palidecieron y sentí como se derramaba una lágrima por las mejillas escamosas del monstruo. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, como si algo vital se hubiese separado de mí y me hubiese dejado sola...vacía. Aparté mis manos de las tijeras y noté como mis manos temblaban del nerviosismo hasta se quedaron quietas. Dejé de temblar, ya nada tenía sentido. La gorgona volvió a observar a Albert como si yo acabase de cometer el mayor error de todos.

-El miedo es un tipo de alarma que os prepara por si algo malo sucede a vuestro alrededor.-la gorgona le temblaba la voz.-Los monstruos debajo de la cama somos los primeros en crear esa sensación...Cada monstruo se ajusta a los sentimientos del niño, y continuamos bajo su cama hasta que muere.

-¿Qué pasa cuando muere el monstruo?-preguntó Albert y me miró a mí.

-El miedo desaparece, pero eso no es bueno.-gritó horrorizada la gorgona.-La vida no es fácil y uno debe tener miedo...todos tenemos miedo...Es algo anti-natural que alguien no lo tenga, y quién no lo tiene se convertirá en una persona realmente desdichada.

-¿Cómo explicas lo de la niña?-le grité mientras seguía mirando como sangraba y expulsaba sangre por la boca en cada tos que le venía.

-¡¡El monstruo no iba a por la niña!!-se defendió.-Nos alimentamos de perros, ratas, cucarachas...¡¡No seríamos capaces de herir a un humano!!

Me levanté y puse mi pie sobre las tijeras. Las tijeras se hincaron al fondo del suelo y la gorgona soltó un grito realmente desagradable y chirriante. Albert me miró horrorizado; hasta que no sentí cómo lloraba, no me di cuenta de que había cometido algo indispensablemente horrible. ¡¡Había asesinado a mi miedo, mi única arma y satisfacción en este mundo!! Si perdía el miedo, perdía el sentido de la adrenalina, de estar atenta a lo que me pasara, a preocuparme por la gente que quiero...¡¡Parte de mi vida acababa de ser aniquilada por mí misma!! La gorgona se quedó perpleja aunque en vez de gritarme, sonrió y me deseó suerte. Cerró sus ojos y su cuerpo se convirtió instantáneamente en un collar con un cascabel como colgante.

-Clotilde...-murmuró Albert.

-¡¡Déjame!!-le grité mientras cogía el colgante.- Júrame que no le contarás a nadie sobre esto, júramelo.

-Te lo juro.-susurró con un leve soplido.

Perder el miedo era del todo malo, pero eso no significaba que me iba a rendir para perseguir leyendas urbanas. El vídeo había quedado perfecto y Albert se encargó de colgarlo en Youtube. Nadie presagiaría lo que ocurriría poco después...Había perdido el miedo como quién pierde un ser querido, por eso mi mente cambió a ser un tanto fría y calculadora. Aunque poca gente sintió como casi había perdido emociones vitales para la vida, mientras tanto Albert no diría nada hasta poco después...

                                                                          ----------

Enfadada conmigo misma, horrorizada, irritada...Eso es lo que sentía al notar que no había actualizado nada en el blog hasta ahora. Me disculpo porque ya ha pasado bastante tiempo. Sé que "he vuelto" con algo que es posible que no os guste pero por lo menos siento que he perdido un peso de encima.

Muchas gracias a los seguidores que vienen para leer mi blog-novela (estoy muy agradecida del apoyo) y muchas gracias por los comentarios que dais...

Quién iba a decirme que ahora me siento mucho mejor. Muchas gracias por leer el relato (Clotilde cada vez me cae un poquito mejor). La verdad es que, pensándolo mucho, perder el miedo es algo horrible en muchos sentidos (aunque no lo parezca) porque oí que es como una alarma nuestra. Entonces, si todos perdiésemos el miedo...¿no sería como dormir y no tener una alarma que nos despertarse de ir al instituto o al trabajo? 

Hasta luego, y deseo que les haya gustado.


jueves, 1 de diciembre de 2011

Capítulo 18

Enma me llevó dentro de un coche de color morado eléctrico con cristales tintados, me hizo bastante gracia que hubiese una chapa en el coche que pusiese "Como abolles mi coche te asesino", sabía que era coña pero ahora viendo a Enma cualquiera se lo creería. Así que era mejor que no bromease con ella porque estaba a punto de pensar que sacaría una cuchilla de la manga al estilo Assasin's Creed. Entramos en el coche y Enma se puso el cinturón rápidamente.

-¿Te gusta la seguridad?-pregunté.

-Me gusta la velocidad.-acarició el volante de cuero negro con cariño como si fuese un lindo gato.-Además que puedo hacer mi coche invisible de la policía. Yo que tú me pondría el cinturón.

Me puse el cinturón rápidamente y Enma sonrió.

-Si fuese un personaje ficticio seguro que sería Selene de Underworld.-comentó.

-No me digas.-dije con sarcasmo.- No lo sabía.

                                                                            -------

Después de que Enma me demostrase su múltiples técnicas a la hora de hacer volar un coche, perdón, conducir un coche. Entramos en un edificio contemporáneo en el que había un letrero que decía "Oficina de Turismo" y ahora que pensaba, nunca había entrado. Dentro, en una habitación completamente blanca había una mujer sonriendo en recepción. Cuando vio a Enma se tensó e hizo un gesto para que entrásemos dentro de un pasillo de paredes rojas.  Al  final del pasillo había una gran puerta blanca con un panel de seguridad. Enma empezó a teclear la contraseña en el panel y puso su dedo índice para identificar su huella dactilar. No entendí por qué necesitaban tanta seguridad si la mujer había visto a Enma directamente, es decir, que se había dado cuenta de que no era un doble.

Tal vez fuese más fácil entrar de lo que pensaba. Con saber el código y ser miembro del equipo era suficiente, era infiltrarse. Se abrió la puerta mecánicamente y nos recibió cierto personaje peculiar. Era una niña de pelo rubio lacio con una bata y unas gafas que ocupaban media cara. Un sentimiento de parentesco con Madeleine y mi hermano me hicieron estremecer.

-¿Es la rata de laboratorio?-preguntó la niña.

Me ofendió bastante lo que me dijo, yo no era un experimento que cualquier persona podría torturarme...era una persona, o eso pensaba.

-Roland no es un experimento.-me defendió Enma.

-Todos los humanos son experimentos.-dijo la niña mirándome de reojo.- Soy Carla Creccentini, la cerebro del grupo.

-¿Cuántos años tienes?-pregunté.- ¿7? ¿6?

-1.500.-respondió Enma.- No le gusta que se burlen de ella por tener una apariencia de 6 años.

Carla frunció el ceño y se ajustó las gafas mientras emitía un gruñido.

-Me temo que por ahora no nos vamos a llevar bien.-masculló.- ¿De verdad que no te has equivocado, Enma?

-No lo creo Carla.-me arrastró dentro de un laboratorio gigantesco donde había tres personas más trabajando en él.

Bajamos unas escaleras metálicas para acercarnos a un tipo de ordenador principal. Seguro que aquello le hubiese gustado a Jim verlo...Pero, ¿qué narices estaba pensando? Carraspeé y miré la pantalla del ordenador central, mostraba un mapa del mundo gigante con múltiples luces blancas y algunas rojas.

-¿Qué son las luces blancas?-pregunté.

-Humanos.-contestó Carla.

-¿Y las rojas?-volví a preguntar.

-Inhumanos.-contestó Enma.- Roland esta sociedad se encarga de proteger a los humanos con poderes fuera de lo normal y de futuros experimentos de transformación de humanos a inhumanos.

-X-men.-bromeé.-Supongo que Carla será inmortal y yo soy el futuro experimento para vampiro y licántropo.

-Eras.-corrigió un hombre detrás.

Volteé la cabeza y vi a un hombre de pelo azul, ojos azules y de vestimenta azul...muy monocromo.  Enma no pudo evitar un suspiro al verle y Carla frunció el ceño aún más.

-Lo que significa que me quedaré aquí hasta que muera.-comenté.

-Muy listo, Roland.-sonrió.- Soy Enlet Moonlight, un hada.

-¿Y las alas?-pregunté.- Ah...las ocultas para parecer humano.

-Enlet, lamentablemente, es el más humano de esta asociación.-se quejó Carla.- Está prometido con una humana...Enlet recibe nuestros respetos por ser amigo del fundador de la asociación y ser el favorito de Nitwisli, reino de las hadas.

-Suena muy cursi eso de las hadas.-mencioné.

-Le odia todo el mundo.-dijeron a la vez Enma y Carla.

Carla cliqueó a una de las luces rojas que se encontraban en Estados Unidos. Salió mi foto de pronto y sentí un repentino escalofrío  como si empezase a notar que cada vez iba a peor en el trascurso de mi vida.

-Roland Carter, chico americano de...-Enlet me miró.- 18 años, sangre 0+, número de pie 43, ojos azules, pelo castaño, estatura media y destacado en Educación física e Historia. Potencial de apredizaje: Alto, color favorito: negro, además que quiere dedicarse a la investigación. Adora los libros de Aghata Christie y nunca ha tenido novia pero la persona que más se le acerca es Lisse Collins, amiga lesbiana de Roland.

-¿Cómo sabes tanto?-pregunté sonriendo.

-Leo el pensamiento, me teletransporto en el tiempo...-enumeró.- Pero digamos que entro en tu mente como si fueses un libro abierto.-miró a Enma.- Si supieses lo que piensa de ti alucinarías.

Entendía ya por qué Enlet era odiado, si él podía entrar en la vida privada de cada uno era como si humillase a los demás. No me sentía humillado, seguro que era de los pocos que pensaría que su habilidad era increíble. Seguro que el amigo de Enlet y su prometida pensarían lo mismo que yo.

-¿Por qué razón soy objeto de experimento?-pregunté.

-Según unos datos científicos.-comentó Enma.- 1 de 99 por ciento serían personas que podrían resistir a la transformación de licántropo o vampiro sin recibir efectos irremediables.

-Por ahora la asociación Fuchs va ganando terreno en el caso de conseguir a experimentos y protegerlos.-dijo Enlet.- Pero seguimos sin saber cuál es el elemento "secreto" que puede convertir a un humano en una anomalía científica.

-¿Magia?-pregunté.- Si Enlet es un hada...

-Ninguna hada y ningún mago puede conseguir eso, Roland.-sonrió Enlet.-Si hubiese sido magia desde el principio ya habríamos erradicado el problema.

Si no era magia, tal vez fuese un elemento que podría tener en una pequeña colaboración anti natural. Se podría averiguar mediante un análisis de sangre a una persona que sí estuviese en el estado de transformación,  a ser posible dos personas con la enfermedad de la licantropía y el vampirismo. Si se sabía que era, se podría buscar algún tipo de vacuna que ayudase a los experimentos para que dejasen de funcionar esos tratamientos en ellos. Si la política estaba en medio, que hubiese falta de experimentos y resultados acontecería que no hubiesen fondos para financiar esos tratamientos.

Con eso se podría hundir la organización y Fuchs podrían acabar con los que eran cabecillas del proyecto. Conclusión: se podría matar varios pájaros de un tiro.

Volteé la cabeza para mirar a Enlet, que parecía intentar procesar todo lo que pensaba con dificultad. Enma y Carla se extrañaron de aquella mirada entre el hada y yo.

-¿Ocurre algo?-preguntó Enma.

-Este chico es interesante.-sonrió Enlet.-Por un momento no me ha dejado entrar en su cabeza y algunos archivos están totalmente inaccesibles.

-¿Roland puede bloquear ciertos pensamientos para protegerse así mismo?-preguntó Carla.

-Así es.

Carla me examinó durante un momento con la mirada y llamó a un chico de piel azul (¿Por qué narices todo era azul en esa asociación? Un hada con gustos azules, Zorro Azul...) para que me hiciese un chequeo completo. Eso no tenía muy buena pinta.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Relato: Lección para Hugin y Munim

Había un mago, un mago bastante poderoso y era realmente odiado por los demás (debido a que era su mayor competencia). Owl, que así se llamaba, no era un mago normal. Él incumplía todas las estiradas normas de los magos porque Owl era bastante bromista y activo. Él vivió muchas aventuras y desasosiegos pero eso ya lo contaré más tarde.

Os contaré una anécdota, una muy divertida. Owl vivía en esa época una etapa muy dura y para intentar colorearla un poco decidió gastar una broma, una muy pesada.

La reina de los magos y brujas, Snow Queen tenía dos cuervos llamados Hugin y Munim que eran consejeros de su majestad y fieles compañeros. Como la reina, ellos también eran estirados y hablaban con cierta superioridad y desparpajo que podría humillar a cualquiera. Una vez, Hugin y Munim humillaron a Owl por ser demasiado liberal; así que Owl pensó que no dejaría escapar a esos dos cuervos.

Un día, Owl se presentó al palacio de su majestad y se arrodilló ante Hugin que representaba la memoria. El mago cantó las alabanzas de Hugin diciendo que ningún animal, humano o mago era tenía una mente más prodigiosa que la suya. Hugin presumió ante Munim que el mago más poderoso del mundo le había alabado por su cabeza, así que Munim empezó a discutir con él. Munim representaba el pensamiento y le había molestado bastante que Owl no le hubiese dicho nada. Ambos cuervos se enzarzaron en una pelea  y empezaron a picotearse las cabezas mutuamente. Aquel espectáculo enfureció a las mismísima Snow Queen porque veía como una desfachatez que ambos pelearan por una treta que había inventado el propio mago.

Owl reía sin parar mientras veía a su majestad intentando parar la acalorada disputa entre los cuervos. Parecía una sierva intentando recoger a dos gallinas que se escapaban de la granja.

Owl sacó su varita mientras reía a carcajadas y apuntó directamente a los cuervos con ella. De la varita salió un rayo verde que impactó en Hugin y Munim, eso produjo que sus colas empezasen a arder violentamente. Los cuervos dejaron de pelear para empezar a trinar de dolor y de miedo: ese mago les había dado una lección. Snow Queen apagó las llamas pero aún así las quemaduras de las colas de los cuervos perduran hoy en día.

-Eso os pasa por humillar al mago más poderoso del mundo.-sonrió Owl.- Y encima me habéis demostrado que cualquier animal inferior a vosotros es más listo. ¡¡Os debería dar vergüenza de lo bajo que habéis caído por vuestro orgullo y desparpajo!! ¡¡Espero que recordéis esto toda la vida, sucios animales!!

Y con eso, Owl se fue siendo el mago más feliz del mundo. Hugin y Munim le odiarían para la eternidad, pero eso era una buenaventura para Owl. Pasó mucho tiempo y muchos problemas para que alguno de los dos fuesen a visitar a Owl, aunque fuesen malas noticias.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Capítulo 17

Empecé a mirar las carpetas que Jim tenía en su ordenador(y que me pasé a mi pendrive), algunas estaban bajo contraseña pero no tardé en descifrarlas (por cierto, es Steve Jobs...muy difícil no era). Algunas de las carpetas contenían archivos multimedia como vídeos, grabaciones...y todas hablaban de lo mismo. Países, un plan, laboratorios, gente loca "transformando" a gente... Lo que pasaba es que los documentos eran secretos, respectivamente de cada país. Podría resumirlo como algo así:

Upír, aquella tipo de asociación entraba en la investigación de que si uno alteraba la rabia o enfermedades que supuestamente podrían ser causas del vampirismo obtenían a una raza de hombre superior. Lo cual explicaba muchas cosas que antes no llegaba a comprender: obtención de sangre de las víctimas, la recomendación de Enma de que leyese Drácula, la rara frase de "Anne huele a muerto"...

Apunté en mi libreta todo lo que sabía de Upír y puse entre paréntesis una pregunta: ¿Estados Unidos involucrada? Carraspeé de sólo pensar que los gobiernos de diferentes países estuviesen metidos en toda ésta mierda...¿Y qué conseguían con eso? Dudaba de la posibilidad de que fuese algún tipo de vacuna para obtener...¿inmortalidad?

Varkolak, suena bastante extraño. Varkolak era lo que los búlgaros llamaban "hombre lobo". Supuestamente, el gobierno ruso (o su lado oscuro) habían comprobado el poderío de los lobos no solamente por el olfato, por su inteligencia o por poder vivir en lugares totalmente fríos gracias a su pelaje...Sino de la brutalidad que éstos pueden tener; pero no en el sentido que un lobo ataca sin más, sino de una forma alterada. Ahí contribuía un elemento extra que también se encontraba en Upír...un elemento que no he podido encontrar en ninguno de los datos. ¿Qué podía explicar eso en mi caso? La visita de una tal X con unos intentos fallidos de hombres lobo y podría ir haciéndome una idea de lo que podría ser ese elemento.

Volví a apuntarlo poniendo una flecha que planteaba una cuestión para mí mismo. Tenía la curiosidad de saber si Varkolak tenía la mismas características que Upír...Es decir, imaginarse un mundo lleno de licántropos y vampiros no era algo que me agradase mucho. Pensándolo aún mejor, si existía ese mundo...sólo los ricos podrían conseguir tales vacunas dejando a los pobres en un estado de debilidad mayor.

Sobre la última carpeta, por alguna extraña razón, no contenía documentos salvo uno en el cual indicaba una serie de números que no entendía: 1-5-10, 4-10-7 y 22-4-01. Era bastante raro, porque Jim nunca ponía cosas al azar...todo lo dejaba bien claro incluso para sí mismo. Sin duda alguna, Fuchs me llamaba muchísimo la atención y su secuencia de números que no paraba de repetirse en mi cabeza.

Salí de casa para que se me aclarase un poco las ideas, sin duda alguna necesitaba pensar. Había cosas que todavía no podía identificar o clasificar: el accidente de Lisse, algunos de los extraños comentarios de Enma, el estado de mi hermano...Báthory...

Mientras caminaba, olvidaba completamente lo que tenía detrás o lo que tenía delante. Así que un ataque sorpresa podría haber acabado conmigo sin ningún problema. Pero, ahora tenía problemas por todas partes, incluida la de...mi "supuesta" expulsión no existente. No sabría cómo explicarlo todo sin liarme completamente...y supongo que nadie podría explicarlo. Parecía como si hubiese gente infiltrada en las "asociaciones" sólo porque yo tenía un tipo de sangre específica que también tendría otras millones de personas...¿Por qué yo? Otra cuestión que me taladraba la cabeza, porque no soy el único en el mundo.

-¡¡Tú!!-gritó una voz detrás mía.

Alguien me agarró de la camiseta y me arrastró a un callejón bastante cercano y oscuro. Estaba sorprendido de que alguien me cogiese así por las buenas, aunque en ese momento pensaba en la siguiente pregunta: "¿Y tú qué eres? ¿Upír, Varkolak o Fuchs? A juzgar por tu cara pálida seguro que eres de Upír." Pero, cuando me giré me asusté al ver a Enma bastante extraña. En ese momento parecía un personaje de Underworld como Selene.

Estaba embutida completamente en un traje de cuero negro, como X, pero ésta vez tenía como una capa de color azul con la que uno podría ocultarse un poco entre la oscuridad...

-Enma.-la llamé serio.- Todavía queda mucho tiempo para Halloween, pero veo que la gente últimamente se adelanta aún más

-Cállate.-rechinó los dientes.- ¿Hay algo de lo que quieras comentarme?

-Sí, tengo que contarte algo.-sonreí.- ¿El apodo de Zorro azul salió de tu apellido o tu apellido sale del apodo?

-Lo sabías desde el principio...-suspiró.- Eso significa que soy más inútil de lo que creía o que tú eres más inteligente.

-Soy más inteligente.-razoné.- Últimamente me interesa mucho el alemán, por eso acerté tu participación. Blaufuchs, tu apellido, significa Zorro Azul...Aunque ahora empiezo a notar que es posible que tu falso apellido y que tu apodo provenga de tu asociación y de tus hermosos ojos de color azul.

-Me has insultado y alabado a la vez.-masculló.- Tienes que acompañarme ahora.

-Ahora es el momento en el que me cuentas todo y me llevas a la base de Fuchs...-comenté.- ¿Me vas a llevar esposado o utilizarás otros métodos?

-Eres demasiado listo.-susurró fatigada.- No va a hacer falta tomarte por la fuerza, tienes demasiado curiosidad.

Enma tenía razón, era demasiado curioso y no dudaría un momento como aquél.


sábado, 1 de octubre de 2011

Kuchisake-onna

Me pica mucho el gusanillo últimamente por culpa de las leyendas urbanas (una  pequeña dósis de terror no viene nunca mal). Solo introducirme en otra leyenda urbana pero menos conocida que Kuchisake-onna. Pronto vereís de que se trata, pero no he podido parar de pensar en cómo sería esa yokai (demonio japonés). 

                                                                        _


El sonido de los coches, los vaivenes de las personas hablando por el móvil, el sonido de los anuncios que transmitían en unas pantallas metidas en los altos rascacielos. Sí, Tokio, un lugar verdaderamente extresante. Visitar a mi hermana que vivía allí no era muy buena idea, la gente en Japón no entiende el francés. Crucé el paso de peatones entre empujones de la gente y me fui por un camino diferente, un atajo. Era un callejón con unas pocas farolas y llena de contenedores de basura. Salí del callejón sin ningún problema y me adentré de nuevo al bullicio de las calles, pero por lo menos estaba un poco más cerca del edificio donde residía mi hermana. Mi hermana es una cabra loca que quería ir a Japón porque adoraba esa cultura, la cual considero un poco friki.

Me crucé con una tienda extraña, no tenía escaparates porque prácticamente era un Sex Shop. Solo tengo 17 años, pero a un tío siempre le pica la curiosidad es momentos así. De acuerdo, eso sonaba muy pervertido. Pude ver a alguien en el reflejo de un cristal del exterior de la tienda. Me giré y vi a una mujer de pelo negro liso que le llegaba hasta los talones pero que lo tenía recogido en una especie de coleta. Llevaba un kimono muy detallado y hermoso, no recordaba que hubiese una fiesta nacional. Tenía unos ojos hermosos que podían engatusar a cualquiera. Tenía una máscara que le tapaba toda la boca, debido a la contaminación o las enfermedades los japoneses suelen utilizar eso. Se acercó a mi con unos pasos lentos y ceremoniosos. Todo un expectáculo digno de ver, es más me recordaba a una geisha. ¿Era posible que lo fuese?

-¿Soy hermosa?-preguntó con una voz dulce pero ques e oía un poco mal debido a la mascarilla.

Me quedé mirándola detenidamente, con unos ojos así y unos rasgos tan bellos ¿quién iba a decir que fuese fea?

-Sí, lo eres.-dije engatusado por su belleza.

La mujer se quitó la mascarilla mostrándo una hendidura que  le atravesaba totalmente la cara como si fuese una sonrisa. Una sonrisa realmente horrible, se le salía  sangre de la boca a borbotones y ella no parecía darse cuenta. Me miraba con la misma inocencia que antes, pero yo estaba acongojado de esa horrible cicatriz mal sellada. No era miedo lo que sentía, era lástima.

-¿Y ahora?-preguntó mientras se le salía la sangre de la boca de un color muy oscuro.

Sentí un sabor metálico, bilis, que quería echar lo más pronto posible. Ella me miró esperando una respuesta, no era el mejor momento para huir gritar o parecer atemorizado. Miré un momento al suelo mientras a ella seguía expulsando sangre que se volvía cada vez más oscura hasta tomar un color negro. La miré y sonreí, lo cual ella no lo entendió mucho.

-¿Y yo? ¿Soy hermoso?-pregunté con inocencia.

La mujer se quedó sorprendida y empezó a inspeccionarme para ver si era hermoso. Se supone que ahora sería el mejor momento para huir, pero no lo hice. La agarré de la cintura y, por un momento me olvidé que su cicatriz horrible llena de pus existía. Solo me fijé simplemente en sus ojos hipnotizantes, una mujer tan bella no debe romperse por una fea cicatriz, la besé sin más durante un largo tiempo. La mujer se quedó sin palabras. Al principio noté la horrible sangre mezclada por porquería, pero poco después se fueron convirtiéndo en unos labios suaves y carnosos. Cuando abrí los ojos, pude notar que la cicatriz había desaparecido. Me alejé poco a poco de ella, se acarició los labios y empezó a llorar en silencio emocionada.

-¿Quién eres?-me preguntó.

-Soy Albert.-dije sin más y decidí irme.

Cuando me disponía a dirigirme a mi casa, alguien me paró y pude ver que era ella que no podía para de llorar de emoción. Se llamaba Kuchisake, y por lo visto, había tenido esa cicatriz y convertida en yokai (demonio japonés) por culpa de su antiguo esposo samuraí. Ella era muy hermosa en el período Edo, por lo que ella no podía evitar que los hombres no parsen de mirarla con deseo. Su esposo, en un ataque de celos, la violó y, con su katana, la hizo una horrible cicatriz. Por eso, estaba destinada a matar a todo hombre que le dijese que no era hermosa al enseñar su cicatriz o hacerle otra por decirle que sí. Se sorprendió de que, ésta vez, el que iba a ser su víctima la salvase la vida. Me dio las gracias consecutivamente y me preguntó si podría ayudarme en algo. Pero, eso, es un secreto.

                                                                                _

Hacía ya años de eso, pero no podía olvidarlo. Parecía un príncipe que rompía todas las maldiciones, lo cual me agradaba porque después me aprovechaba. En el instituto ocultaba mi cara con gafas porque no me gustaría ser admirado por las chicas que no cumplen lo que les pido. Ellas se lo pierden... Me tropecé contra algo y se me cayeron las gafas. Me di ceunat de que también se había caído una cámara. Di al play de la reproducción y pude ver a una joven gótica que invocaba a Bloody Marry. Se suponía que acabaría muerta, pero sorprendentemente, ella guardaba un as en la manga y acabó con ella por diversión. Levanté la vista y pude ver a Clotilde, a la cual nunca había llegado a mostrar interés porque me parecía un poco seca. Sonreí, le di la cámara y cogí mis gafas.

-La próxima vez que hagas algo así, deberías avisarme.-le dije y me dirigí hacia la biblioteca.

Clotilde era hermosa, tal vez tenía suerte...

Serie "Leyendas urbanas"/ Fin del relato Kuchisake-onna.

Albert...realmente pervertido. Clotilde parece un poco más noble con eso de que ella quiere ser como es sin cambiar y acabar con las leyendas para que no acaben con más personas. Lo que pasa es que Clotilde acaba con las leyendas de forma sádica y Albert de una foma más dulce más sentimental...como un príncipe encantador. A saber que voy a hacer con ellos más tarde...

Sobre Kuchisake-onna, iba a acabar igual que Bloody Marry. Pero, me dije: ¿Qué pasaría si fuese un final feliz? Porque, después de todo...¿A quién no le gusta ese tipo de finales? Es posible que sea muy empalagoso pero no quería que sonase igual que con Bloody Marry (Bloody me daba más miedo que Kuchisake, por eso acaba así). Bueno, espero que les haya gustado.

P.S.D: Perdón por tardar tanto y dentro de poco tendrán el capítulo 17 publicado (el instituto y otra obra en la cual estoy trabajando me chupan mucho tiempo)