-Me ha sorprendido que me visitases, Enma.-sonrió Lisse mientras jugaba con las flores del ramo que le había dado.
-No es nada.-sonreí.- Te necesitamos, delegada.
-Tú que eres la subdelegada habrás tenido que hacer piruetas para salvar los problemas...-me miró. Se notaba que estaba todavía un poco mal, por lo que no pude evitar que era culpa mía.- Roland estuvo bastante tiempo vigilándome...pero no lo recuerdo, tal vez deliraba.
-Posiblemente estaba vigilándote por si despertabas.-bebí un poco de café y casi me daban ganas de echárlo. Por eso la enfermera había sido tan amable...
-Un café malo, ¿verdad?-adivinó Lisse.
-He aprendido la lección de no hacer caso a las enfermeras amables.-sonreí y tiré el contenido a una papelera que tenía cerca.
Lisse señaló a su padre que estaba dormido. El pobre Sr. Collins tenía que pasar trabajando y luego vigilando a Lisse. Espero que su primo Frank lo hiciese bien. Aunque me imaginaba a Frank con la piel color verde, unos tornillos en el cuello y lleno de cicatrices. No podía parar de pensar en Frankenstein por el nombre. Estaré loca...
-Es raro que Enma me visite sin tener un motivo del consejo estudiantil.-dijo Lisse.- Apenas te conozco.
-Nadie me conoce, ni siquiera tu espía Roland.-bromeé.
Lisse me miró atentamente, como si quisiese desafiarme en algo en concreto.
-¿Qué quieres?-preguntó.
-No es nada.-sonreí.- Te necesitamos, delegada.
-Tú que eres la subdelegada habrás tenido que hacer piruetas para salvar los problemas...-me miró. Se notaba que estaba todavía un poco mal, por lo que no pude evitar que era culpa mía.- Roland estuvo bastante tiempo vigilándome...pero no lo recuerdo, tal vez deliraba.
-Posiblemente estaba vigilándote por si despertabas.-bebí un poco de café y casi me daban ganas de echárlo. Por eso la enfermera había sido tan amable...
-Un café malo, ¿verdad?-adivinó Lisse.
-He aprendido la lección de no hacer caso a las enfermeras amables.-sonreí y tiré el contenido a una papelera que tenía cerca.
Lisse señaló a su padre que estaba dormido. El pobre Sr. Collins tenía que pasar trabajando y luego vigilando a Lisse. Espero que su primo Frank lo hiciese bien. Aunque me imaginaba a Frank con la piel color verde, unos tornillos en el cuello y lleno de cicatrices. No podía parar de pensar en Frankenstein por el nombre. Estaré loca...
-Es raro que Enma me visite sin tener un motivo del consejo estudiantil.-dijo Lisse.- Apenas te conozco.
-Nadie me conoce, ni siquiera tu espía Roland.-bromeé.
Lisse me miró atentamente, como si quisiese desafiarme en algo en concreto.
-¿Qué quieres?-preguntó.
-¿Sobre qué?-pregunté haciéndome la tonta.
-Segunda táctica: Hacerse el tonto.-comentó Lisse.- Ya me has hecho el primer paso.
-¿De qué vas?-pregunté mosqueada.
-Tercer táctica: Ir a por los más fuertes.
Lo estaba haciendo sin querer. Estaba descifrando unos pasos que no quería ejecutar.
-Lisse, ¿nos confías en el altruismo?-pregunté vacilando.
-Cuarta táctica: Puñalada por la espalda.-dijo Lisse como si fuese un robot.
-Lisse, creo que te estás equivocando.-dije.- No estoy ejecutando los pasos.
Lisse sonrió de forma siniestra. Me miraba como si me hubiese ganado. Dejó el ramo de flores en un florero junto con los globos desinflados y unas cajas de chocolate. ¿Quién le daba todo eso? Bueno, era cierto que los chicos se desvivían por acercarse a Lisse. Lo que nunca llegué a comprender es por qué se alejaba. Ahora me daba cuenta de que solo había estado cerca de Roland...
-A ti te gusta Roland.-dije boquiabierta.
-Sabía que no ibas poder resistirte con el quinto paso: Rematar.-dijo Lisse.- Eres como la versión femenina de Roland, lo cual es un poco imposible.-suspiró.- Mira, Enma, a mí no me gusta Roland. Me gustaba, pero comprendí que era imposible volverse la novia de alguien que lo único que tiene en la cabeza son asesinatos y asesinos. Casos, casos y más casos...nunca se cansa.
Lisse me miró como fuese un rayo de esperanza. Lo cual me hizo sentir muy incómoda.
-Enma, yo sé lo que eres.-dijo como si no fuese nada.- Eres, como ya he dicho, la versión femenina de mi enemigo/ amigo Roland. Y sé que es lo que intentas hacer, por eso te apoyo.
-¿Cómo sabes eso?-pregunté suspirando.
-Cuando estuvieron a punto de matarme, recuerdo que oí tu nombre.-dijo Lisse.- Y, si no deliraba, te veía acabando con monstruos...Pero, creo que me salvaste.
-Creo que te diste muy fuerte en la cabeza.-sonreí intentando disimularlo.
-Fuiste tú la que me dijo lo de Báthory.-dijo Lisse.- ¿Por qué me lo contaste a mí?
Yo no le había contado nada. Solo se me escapó un nombre en un momento dado y Lisse se había quedado con eso. Nunca había sido esa mi intención...Ahora llegaba a pensar que Roland lo sabía...Lisse deliraba mientras éste la vigilaba, eso complicaba las cosas. Eso sería contárle más de lo que debía...Lo sabía y me lo envió por sms por eso. Oí un pitido, era un mensaje. Lisse me miró extrañada, me disculpé y miré en la bandeja de entrada.
Enma, él ya sabe lo de Fuchs. Ha conseguido los datos del ordenador de su hermano. Por lo que también creemos que sabe el contenido de los demás archivos.
Creo que lo hicieron a posta. Esto era una broma de mal gusto. Me levanté y recogí mis cosas, Lisse se sobresaltó.
-¿Ya te vas?-preguntó Lisse.
-Sí, perdona.-dije con una voz calmada.- Dejé a mi hermano en casa y creo que debería prestarle atención. Tiene 6 años y es muy revoltoso.
Salí de la habitación dejando a Lisse pensar. Yo no tenía ningún hermano, demasiados problemas.
Vaya, un capitulo narrado desde la perspectiva de Enma, !que interesatante¡ ¿Contra que monstruos luchaba? Ya tengo ganas de otro capitulo que vaya desvelando más y más cosas.
ResponderEliminarUn saludo :)
¡Yay por Enma! Me cae bien la chica ;3 así que a Lisse le gustaba Roland... ¿o le gusta? ya no estoy muy segura de nada, sinceramente xD.
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