Sipnosis

Roland es un chico americano que le gusta descubrirlo todo, saberlo todo...es como el perfecto detective. Pero, lo que no puede resistir es el misterio de Anne Fyckovic, una hermosa chica pero también siniestra. Cuando Roland descubra el secreto no podrá evitar caer rendido a los pies de Anne.

sábado, 6 de agosto de 2011

Capítulo 11.

¿Por qué habían atacado a Lisse? Trataba bien a todo el mundo (excepto a mí) y estaba en una posición demasiado buena en el instituto. Es como matar al presidente de los Estados Unidos, un poco mediático. Estaba sentado en un sofá de la sala de espera. Lisse no había muerto, lo cual era un alivio, pero estaba en un estado grave. ¿Quién podría matar a una persona que no hacía mal a nadie? Recuerdo que una vez gritó a alguien y ese fui yo. Suspiré y me llevé las manos a la cabeza. Entonces, sentí que alguien se había sentado al lado mía. Levanté la mirada y vi a Enma que leía el famoso libro de Orient Express de Agatha Christie.

-Demasiado cercana.-murmuró.

-¿Qué quieres decir?-pregunté serio.

-¿Quién te ha pillado, Carter?-preguntó sonriendo.

-Creo que tú.-dije sin muchos rodeos.

Enma sonrió y cerró el libro con solo un movimiento. Se apartó un momento su cabello negro que pude ver un tatuaje de una daga y alrededor una rosa. Era muy discreto debido a que Enma se lo ocultaba con su espesa mata de pelo negro. Pero, esa vez pude verlo bien. Creo que lo había hecho a posta para intentar decirme algo.

-Si te lo digo, es posible que no lo entiendas.-dijo.- Es alguien que no está en tu cabeza en éste momento.

-¿Cómo sabes lo que tengo en la cabeza?

-Porque tu amiga está ahora en peligro por tu culpa.

-¿Ahora es todo por mi culpa?-pregunté indignado.

-Te estás metiendo poco a poco en un sitio donde los más fuertes sobreviven.-dijo.- Un secreto en los cuales están metidos celebridades o que lo han sido. Un secreto en el que se mezcla la ciencia con lo irreal.-suspiró.- Eres como un conejo en un lugar lleno de lobos, tendrás que ser muy astuto como un zorro para conseguir escapar.

-¿Un zorro?-cada vez pensaba que Enma estaba más loca.- ¿Estás bien? ¿Necesitas ir a tomar el aire fresco?

-Escúchame, Roland, no lo voy a repetir más.-me dijo Enma con una frialdad difícil de describir.- Si quieres entrar, no arrastres a tus seres queridos contigo. Si lo haces, Lisse no será la única que acabe mal.

Acababa de cavar su propia tumba con esas palabras. Ya de nada le serviría los pasos, me sentía alterado por lo que le había pasado a Lisse. Por lo que, en cualquier momento, iba a atacarla. Un volcán iba a estallar y ella, sobre todo ella, no iba a poder librarse.

-Entonces, ¿qué eres?-pregunté sonriendo histéricamente.- ¿Un zorro o un lobo?

-Eso ya lo sabes.-dijo con una calma inhumana.- Te he dado muchas pistas que no has logrado apreciar. Dudo que leyeses el libro que te presté, no existen los vampiros pero Stoker se fijó en algo para escribir ese libro. -me agarró de la camiseta y me acercó un poco.- Demasiadas pistas te he dado, incluso tus enemigos te las han dado. Estás tan cerca que puedes olerlo.

-Recuerda que mi sentido del olfato lo perdí.-dije apartándome.

-Hablo en serio.-enarcó una ceja.- No eres el único que está metido en esto, pero eres el que tiene más probabilidades de sobrevivir.-me miró tan fijamente que parecía que su mirada me iba a taladrar.- Tu hermano ya sabe por donde va los tiros, no debes permitir que él entre. Porque él es carne fresca para esa sucia manada de lobos.

No podía soportarlo más. Desvié la mirada y miré hacia la puerta donde Lisse se encontraba en el quirófano. Enma me había servido de ayuda un rato, espera, se había juntado para confundirme aún más. Cuando pretendía interrogar a Anne, ella se interpuso en mi camino con una rapidez asombrosa. Ahora pretendía confundirme aún más...

-Mira, Blaufuchs.-dije calmado.- No quiero saber más de ti. Cuando vuelva al instituto, me ocuparé del subnormal que me traicionó y terminaré con el puñetero caso. No quiero verte durante ese trayecto, a ser posible, no quiero ver ese puñetero careto que tienes. Me has confundido bastante y no voy a permitir que nadie vuelva a hacerlo. Gracias por tu inestable ayuda y hazme el favor de irte.

Enma me miró y desvió la mirada rápidamente. Se levantó y me siguió mirando, aunque yo no le dirigía la mirada. El suelo me parecía más importante que ella, por eso lo miraba.

-Recuerda mi apellido, Carter.-dijo.- Estoy más cerca de lo que tú te crees.

Y con eso se giró y se dirigió al anscensor sin mediar palabra. Mejor para mí, una idiota menos.

2 comentarios:

  1. Que genio... claro que Enma no ayuda mucho. Quizá Lisse pueda contar algo cuando esté bien, espero el próximo.

    ResponderEliminar
  2. Es medio tonto el chico... yo que él la escucho a Enma. Está siendo medio testarudo... y ya quiero ver el momento en que Roland choque contra lo sobrenatural :3

    ResponderEliminar